lunes, 13 de octubre de 2014

El milagro del ciego y el Cristo de la Misericordia

Ramírez de Arellano, en Paseos por Córdoba, nos cuenta cómo cerca de la iglesia de Santa Marina (entre la calle Muro de la Misericordia y Moriscos) estuvo el hospital del Cristo de la Misericordia. Su titular era un Crucificado quien, según la leyenda, se llamó de la Misericordia por el milagro que realizó cuando un trabajador del barrio quedó ciego. Ni medicinas ni promesas que le dieron le devolvían la vista. Su desesperación iba en aumento hasta que un día entró, y puesto frente al Cristo, le dio un terrible golpe con su bastón y le gritó “¿Para que me sirves, si no puedes devolverme la vista?” En ese momento, sus ojos vieron la luz y un cardenal del que casi brotaba sangre causado por el golpe. La voz del milagro corrió por la ciudad, llamando al Cristo de la Misericordia por la que había mostrado ante quien tan mal le tratara.

El texto completo sobre este episodio se encuentra en la página 113 del libro editado por Librería Luque en 1985.