sábado, 21 de junio de 2008

Abiertos los cines de verano

Ayer viernes abrieron sus puertas los cines de verano. Aunque en rigor el único que se enclava plenamente en nuestro barrio es el cine Olimpia, los otros tres se encuentran en las inmediaciones de Santa Marina: el cine Fuenseca, el Coliseo (San Andrés), y el Delicias (San Lorenzo).

Nuevamente podremos disfrutar a la luz de la luna de películas casi de estreno, gozando de aromas de jazmines, damas de noche o dompedros mientras mitigamos el calor veraniego.

Caramel, Seda, Juno y Viaje a Darjeeling son las películas que se pueden ver estos primeros días.

Para consultar la cartelera actualizada se puede mirar aquí.

jueves, 19 de junio de 2008

Pintura en directo

Dentro de la programación Transversal que todos los miércoles tiene lugar en el Espacio A_Rojo, ayer tuvimos la oportunidad de asistir a la realización de una pintura en directo a cargo del pintor Rafael Caballano, quien al final del acto nos sorprendió gratamente al declararnos sus vínculos vecinales con el barrio de Santa Marina.

La presentación corrió a cargo de Javier Ibarra y fue seguida de unas palabras del artista sobre la obra (que dedicó emotivamente a un amigo), en las que confesó que para él se trataba de una experiencia nueva y excitante, pero también difícil.

A ritmo de sirtaki primero, y luego de jazz y mambo, el artista nos fue descubriendo la magia creativa del arte sobre un lienzo cuadrado de 2 metros de lado, mientras en una pantalla se proyectaban escenas de películas musicales (Zorba el griego...), en las que daba la impresión de que Caballano se inspirara.

La satisfacción del público fue total ante esta novedosa experiencia, que se suma a las que sirven de valioso contrapunto contemporáneo a los reconocidos valores del patrimonio histórico-artístico de nuestro barrio.

P.S.: como siempre en Flickr ponemos más imágenes del evento.

domingo, 15 de junio de 2008

Muerte en el molino

Ramírez de Arellano menciona en su libro Paseos por Córdoba las industrias que desde antiguo poblaban la avenida de la Ollerías. Entre ellas se encontraban “algunos molinos de aceitunas”. En uno de ellos, perteneciente a D. Andrés de la Cerda y Córdoba, tuvo lugar un episodio, que entre la historia y la leyenda, Arellano recoje del libro Casos notables de la ciudad de Córdoba (¿1618?).

Un joven entabló relaciones con la mujer de un aceitero del barrio de Santa Marina y una noche concertaron una cita en el campo, donde cenarían. El mozo pidió dinero y comida a su madre viuda, a lo que ella se negó a causa de su pobreza. Se entabló entonces una discusión en la que el joven insultó, pegó y robó a la autora de sus días. Tras ello la madre, hincándose de rodillas, pidió venganza al cielo.

El joven y su amante salieron por la Puerta del Colodro al campo y en sus cercanías encontraron un portillo abierto en uno de los molinos de aceite. Allí cenaron, pero, cuando estaban dando rienda suelta a sus deseos, se les cayó encima una pared que los mató en el acto.

Cuando a la mañana siguiente se avisó del suceso, se quitaron los escombros descubriendo los cadáveres en actitud inequívoca. Mucho lloró la arrepentida madre que contó lo ocurrido con su hijo. El hecho fue considerado providencial por muchos y usado como ejemplo por algunos predicadores.

lunes, 2 de junio de 2008

Horno Veinticuatro

La calle Horno Veinticuatro (Horno del Veinticuatro) es una estrecha vía peatonal que a transcurre en dirección sur-norte. Actualmente va desde la calle Moriscos hasta la plaza del Pintor Rafael Botí, estando atravesada perpendicularmente por dos paralelas: las calles Vera y Carlos Arruza.

El origen exacto del nombre no está claro. Se refiere a un horno en ella situado que pudo pertenecer a un Caballero Veinticuatro (antiguo nombre de los componentes del Ayuntamiento, más o menos equivalentes a los actuales concejales). O bien que estaba ubicado en la casa número 24 de esta calle, aunque esta suposición resulta difícil de creer porque la calle es muy corta y en su tramo origianl solo llega hasta el número 6. Si bien es cierto que hasta hace dos o tres décadas existió un horno en esta calle (precisamente llamado "Horno Veinticuatro"), aunque en la acera de los número impares, donde hoy día se encuentra el inmueble marcado con el número 3.

Anteriormente la calle desembocaba sin otra salida en Carlos Arruza (o "Del Guindo" antiguamente), pero en la década de 1980 se abrió la plaza de Rafael Botí y Horno Veinticuatro se prolongó hasta ella mediante rampas y escaleras, con una anchura mucho mayor que el tramo antiguo. Pudo ser en el solar de esta ampliación donde existió una casa con algún aljibe o abundante agua en su subsuelo, que Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba refiere así: "La casa del testero, en la calleja sin salida, tiene una gran mina ó sunterráneo lleno de agua, al que no ha sido posible entrar, y cuyo estado actual ignoramos".

Hasta hace poco más de un año y en su esquina con Moriscos, la calle también albergó otro negocio: la Pizzería El Patrón, ahora trasladada al barrio de San Andrés.